El sometimiento violento de la conquista



La Conquista de América es el proceso histórico por el que se impuso el dominio europeo en el Nuevo Mundo después del contacto entre Europa y América en 1492. Este proceso comprende la exploración geográfica, la invasión y ocupación europea de territorios ya habitados por los indígenas. La Conquista permitió el establecimiento de regímenes coloniales en América, que implicaron la asimilación cultural de los indígenas y su sometimiento a las potencias coloniales por diversas vías.[1] A los europeos, la Conquista les permitió asegurar bienes materiales que tuvieron un papel fundamental en la acumulación originaria que fue la base del desarrollo del capitalismo en los siglos siguientes, principalmente en los Países Bajos, Gran Bretaña y Francia.[2] La Conquista de América fue un proceso permanente, dado que algunas sociedades indígenas opusieron una gran resistencia o bien, nunca fueron sujetas a los europeos.


España fue la potencia europea que llegó a conquistar la mayor parte de América. En parte, esto se debió a que el descubrimiento del nuevo continente para los europeos fue realizado con el apoyo de la Corona de Castilla y la de Aragón. Cristóbal Colón dio parte del hallazgo a Juan II de Portugal en 1493, al volver de su primera expedición. Esto generó una serie de negociaciones entre España y Portugal que se resolvieron mediante la intervención del papa Alejandro VI, que por una bula declaró legítima la posesión española de todas las tierras encontradas más allá de cien leguas al oeste de las islas Azores.[3] Con una ligera modificación posterior, esta bula repartió en el papel el continente entre España y Portugal, sin embargo otras potencias europeas se sumaron a la conquista y colonización en América. Entre ellas se encuentran Francia, Gran Bretaña, los Países Bajos, Rusia y Dinamarca. También se formaron pequeñas colonias escandinavas en la costa oriental de lo que actualmente en Estados Unidos

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